viernes, 31 de marzo de 2017

El molino de los diamantes


Paso ferviente y constante
Une a los dos caminantes
La una, mochila al hombro aludiendo
El mero ser del amante.
El otro riendo alegremente
Las gracias del día distante.

Paso a paso, dulcemente,
El camino anodino
Cruza un viejo molino
Todo lleno de diamantes.

Los amigos tan gosozos
Contemplaron muy curiosos
Esas piedras tan brillantes.

Mira, amigo, que relucen
Cual el sol resplandeciente
Son hermosas de observar
Y hallar estado de mente
En que de ellas pasar
Por ser causa de pesar
Del molinero yaciente.

2 comentarios:

  1. Este poema realmente es un diamante que me tiene fascinado. En él, tanto la chicha como la limonada están tan bien conjugadas que lo hacen una obra maestra. Los personajes, por el camino de la inocencia, se encuentran un molino lleno de diamantes; estos son un regalo del que deben gozar sin apropiárselo, porque ello fue causa del pesar del poeta que yace en nuestro interior a la espera de que nuestro desapego lo resucite. Mis mayores felicitaciones tanto a la autora como a todo buen lector.

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