Un gran
cielo
siempre
estrellado
surca
la exótica
y
brillante estela
que
vuela rauda
fiel al
propósito
que la
plantea.
En su
trayecto
hacia
el infinito
baila
la danza
sin añoranza
ni desatino.
sin añoranza
ni desatino.
Con
desapego
cierto
y sincero
sigue
con fuerza,
coraje y vence
con el ahínco
con el ahínco
que la
sostiene.
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