sábado, 13 de mayo de 2017

Vivir muriendo


Truena en la oscura cueva donde vivo de prestado
La vida es regalada pero no alcanzo para comprarla
Quiero romper una lanza por ocultos desvaríos
No cultivar la venganza con la carcel del olvido

Quiero volver al relámpago que me cegó una noche
Exponerme a la mirada que se clavo sobre la mía
Dar un final feliz a la soga de la viga
Cortar de un navajazo las lagrimas vacías

La música debe volver a regar los altares
El silencio debe callar lo mucho que se miente
El mundo siempre revienta pero no le hacemos caso
Nunca importó por si acaso ser un perro o un demente

Un día ardía de blanco en las llamas de la cuna
Otro rojo caía de la poltrona descalabrando
De azul me ahogaba el Genil cuando soñaba con Jauja
Negro caballo marfil me arrastra por las calles de la Luna

Cuatro veces fui muriendo para salir de la infancia
Luego seguí a la muerte para poder seguirla viviendo
Si he llegado hasta aquí es que por ella he vivido
Y al cabo del camino que más da vivo que muerto 

Los perros de la luna me desentierran ladrando
Quiero quiero ponerles bozal aunque me rompan el alma
Un día se han de callar cuando me aleje llorando
Como los músicos ciegos que a la noche van robando

Un día te presentaste tan fría como desnuda
Al siguiente me alumbraste sobre el fuego de la cuna
Ya no tengo más consuelo que morir en tu retrato
Y sentir que mientras muero me pares desde la tumba

La sangre de los altares me reclama nuevamente
Como víctima propicia que no sabe lo que dice
El degüello es la condena de vivir eternamente
En los ojos de un cordero que bala extraviado

Que bien reza la portera de la escalera de enfrente
Que bien canta la lechuza cuando se asoma a la luna
Que bien cuando me quemo en la copa de agua ardiente
Y en la llama que azota los ardores de la frente

El cántaro de la mujer solo sabe dar de beber 
Agua misteriosa que brota de su mantilla
Oculta en la mirada engalanada de espejos
Beber o no beber es lo que un hombre debe saber

Vivir recostado en las faldas de la muerte danzarina 
Comer las uvas oscuras de los grandes cementerios
Morir empitonado por un astado de luto
Vivir la vida corriente en un cráter de la luna

Todos se fueron muriendo y yo me fui a la una
Unos se fueron cayendo y otros reían como locos
Callar es haber caído en un silencio de tumba
Vivir el estar muriendo cuando regresa la cuna

Te regalé mis ojos de niño y no supe lo que hacía
Me llevas de tu condena sobre las cuencas vacías
Tiraste por un barranco las letras que más quería
Y ríes como una loca con tus mil monomanias

Me voy muriendo en tus brazos mientras me sigues meciendo
Te quejas de que no cuento mis horribles pesadillas
Me empujas al descampado del frío con que me miras
Y luego me cuentas llorando el cuento de La Maldita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario