Esa cosa misteriosa
que a la alborada florece
y se incendia al ocaso
un día me fue siguiendo
como un perrito faldero
haciendo cabriolas.
¡Oh! misterio de las cosas
que te derramas gozoso
sobre la vida de quien te goza.
¡Oh! luz penetrante guía
que atraviesas las estancias
que al alma gocifican.
Y el perrito me fue siguiendo
delante mío
entre retama y gallumbo
rosalitos y artemisas
dando saltitos corriendo
entre el perfume y la brisa
de esa cosa misteriosa
que se esconde tras las rosas.
Poesía y dibujo: Pil
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