domingo, 16 de abril de 2017

El escándalo de la Resurrección

Cuentan que había una vez
un hombre que a su parecer
era tal cual Dios,
según él lo entendía.

Y una semilla
que al caer
volvía a reverdecer
hasta como árbol crecer
donde las aves vivían.

Y cuentan que nadie lo entendía,
tomando por disparatado,
lo que aquel hombre decía;
más él no se encogía
y seguía diciendo
según le parecía.

Así, un día vino a decir:
Si este templo destruis,
en tres días,
no más tardar,
lo vuelvo a levantar.

Al oír tal desatino,
entendido por blasfemo,
se armó tal avispero
que atrapado el disparatero,
salió crucificado,
al cabo,
del mal entendido.

Y según está escrito,
 tan gran desatinado
en una cueva fue sepultado,
bajo precinto sellado
y guardia centineleleando.

Pero mira por donde
este cuento acaba bien
para gozo según cual
y escándalo según quien.

Tal cual lo designado,
al cabo de un, dos, tres...,
la luz de la inmediatez
corrió losa y precinto
y cegó la vigilancia.

Y cuenta lo testado
que con ígneo esplendor
de la Tierra virginal
el Árbol de la Vida
brotó transfigurado.

Acabe aquí lo contado,
en razón,
lo más desatinado,
pero lo más cabal
según otro atinar,
no muy acostumbrado.



Poesía de Pil




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