Abrió los ojos en la oscuridad
Sintió que miles de esperanzas
Crearon brechas en su corazón.
Con alas radiantes y eternas
Sufrió experiencias de su salvación
Abriendo distancia infinita
De brillos suaves en la situación.
Las mieles veloces corrían
Cubrian distancias con gran prontitud
Viviendo instantánea y ligera
Apresurando la gran condición.
Del hombre sagrado y eterno
Que prestamente alumbra la acción
Amada, aguda y sincera
Improvisando alivio y confort.
En su alma serena y calmada
Sentó radiante la cálida voz
Su canto glorioso y ligero
Logró aureolas de cielo ancestral
Y viendo las velas al viento
Surcó los mares y así navegó.
Oh, oh, ooohhh!!!...
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